Si alguna vez has sufrido cortes, problemas de audio o congelación de imágenes al realizar una videollamada o jugar a un videojuego en línea, entonces es probable que estés sufriendo problemas de jitter. Pero, ¿en qué consiste esto? ¡Te lo contamos!
¿Qué es el Jitter?
El jitter es un retraso que se produce al enviar y recopilar paquetes de datos a través de una red. Cuando la información se transmite con normalidad, esta se envía en intervalos regulares y tarda un determinado tipo de tiempo en viajar, pero, cuando se produce una congestión en la red, un cambio de ruta o un desvío de tiempo, se produce una fluctuación en el envío de estos paquetes. Una fluctuación elevada tendrá un impacto negativo en la calidad del vídeo y del audio en nuestros dispositivos.
¿Cómo afecta el jitter a las videollamadas y juegos online?
En tanto que el jitter afecta a la transferencia de paquetes de datos, las plataformas y aplicaciones que requieren una transmisión de datos a tiempo real pueden verse severamente afectadas. Es por eso que la calidad de nuestras videollamadas y juegos online puede disminuir. Al generarse un retraso en la velocidad de transmisión, se pueden producir cortes en la conexión, impidiendo que podamos comunicarnos con fluidez al utilizar nuestras aplicaciones de vídeo y de voz y que nuestra experiencia de juego se vea interrumpida.
Estos cortes puede generar retrasos o interrupciones en las llamadas o bloqueos momentáneos en los juegos, así como, un sonido con eco, distorsionado o entrecortado. Contar con un jitter correcto es imprescindible para no encontrarnos con estos problemas.
¿Qué causa los problemas de jitter?
Algunas de las causas más frecuentes en la aparición del jitter son las siguientes:
- Ancho de banda de la red: si el ancho de banda es bajo o si hay demasiados dispositivos conectados de manera simultánea, entonces es posible que la red se congestione y se produzcan este tipo de inconvenientes.
- Paquetes y terminales no priorizados: si una red prioriza terminales o paquetes de datos determinados, entonces se pueden generar retrasos y desviaciones.
- Baja calidad de la infraestructura de red o del hardware: utilizar dispositivos obsoletos, como cables, routers, conmutadores, ordenadores o módems desactualizados, puede favorecer el retraso de la transmisión de datos.
- Mala conexión de red: contar con un ancho de banda bajo y una velocidad de transmisión baja puede causar fluctuaciones en el envío de paquetes de datos.
¿Qué es un jitter aceptable?
Una velocidad de jitter aceptable será toda fluctuación que no supere los 30 milisegundos de retraso, puesto que, a partir de ahí, podremos sufrir interrupciones en tareas como jugar online o realizar una videollamada.
Además de lo anterior, la latencia de red debe ser igual o inferior a los 150 milisegundos en una dirección y la pérdida de paquetes igual o menor al 1%.
¿Cómo reducir el jitter de internet?
Si estamos sufriendo jitter en nuestra conexión, podemos aplicar alguna de estas soluciones para evitarlo o reducirlo:
- Actualización del cable Ethernet: adquirir un cable más actualizado que admita una velocidad de transmisión de hasta 250 MHz nos ayudará a mejorar la transmisión de paquetes de datos.
- Mejorar el uso del ancho de banda: todos los dispositivos conectados y el uso intensivo que se haga de ellos pueden provocar jitter. Por eso, eliminar las actividades no esenciales ayudará a mejorar esta fluctuación.
- Buffering: almacenar temporalmente los paquetes de datos antes de que lleguen a su destino nos permiten mantener un ritmo constante y, gracias a ello, se pueden compensar las fluctuaciones.
- Horarios de actualización: programar la hora a la que se produce la actualización de un sistema operativo, en lugar de que este se actualice automáticamente, nos ayudará a controlar el jitter.
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